El conflicto que se presentó desde el pasado 1 de marzo, cuando el ejercito de Colombia traspasó la frontera, estuvo a punto de mandarnos a una guerra contra nuestros países vecinos, puesto que, sin previo aviso, las fuerzas armadas incursionaron en Ecuador para ejecutar el operativo en que se dio de baja, al segundo hombre de las FARC, conocido con el alias de “Raúl Reyes”.
A pesar de haber sido el golpe más fuerte que se ha propinado al grupo insurgente, la operación fué demasiado riesgosa, puesto que debió contarse con el apoyo de Ecuador.
Sin importar el valor de este trofeo de guerra, debió pensarse primero en el bienestar de los Colombianos, porque sí el conflicto no hubiese llegado a su fin de manera pacifica, nuestro país se sumiría en crisis, una guerra interna y una externa serían demasiado. Pero claro está, que a los mandatarios eso poco les interesa, porque la disputa sería como siempre entre nosotros, el pueblo.
Mientras Uribe, Chavez y Correa, se lanzaban acusaciones y se amenazaban, muchos de los habitantes de los tres territorios veían con temor la situación, aunque estaban de acuerdo en que estuvo mal haber traspasado la frontera, no querían una pelea entre hermanos. Para empeorar la situación, la economía de los países se estaba viendo muy afectada, a tal punto que Venezuela tenía problemas para la adquisición de gran variedad de productos y víveres.
Aunque por fin podemos volver a respirar tranquilos después de conseguir, en la XX Cumbre de Río, la aparente solución de los altercados; me queda una inquietud, ¿Será que detrás de todo esto no se encuentran intereses de guerra del gobierno estadounidense? Porque por el oro negro ellos hacen lo que sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario